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Cumbre de las Autoridades Locales por la Democracia, la Vida, el Diálogo y la Paz
BOGOTÁ D.C., AGOSTO 2 DEL 2002


ANTANAS MOCKUS
Alcalde de Bogotá


Debo reconocer que me encuentro muy a caballo en dos tradiciones. Admiro mucho lo que se expresa en Cauca que tiene una estructura de adhesión a reglas basadas en tradición, hago equis porque equis se ha hecho siempre, o hago equis porque hacer equis es parte de los que tenemos la identidad ye entonces como soy de esa identidad actúo de esa manera, obviamente son condiciones antropológicas y sociológicas muy distintas donde lo colectivo tiene una fuerza enorme, entonces pacifismo más fuerza colectiva es una fuerza infinita, entonces si todos fuéramos indígenas no dudaría un solo instante en tomar ese camino. Creo que hay un elemento que en todo esto hemos empezado a aprender a aprovechar y es la autoridad que da el estar inerme, es la autoridad que da el aunque usted en sus planes pueda incluir el matarme, yo en los míos no incluyo el matarlo, máximo si soy autoridad incluyo el de capturarlo. Eso ya es una diferencia. Capturarlo no por capturarlo, no por pedirle nada a cambio de su libertad, capturarlo para que tenga un debido proceso, para que pueda defender las acciones que hizo o exculparse, etc., es una diferencia, entonces hacer valer la diferencia entre el que actúa dentro del estado de derecho y el que actúa por fuera del estado de derecho.

Cuando el alcalde de Medellín dice bueno cuánto vale el problema, comprémoslo, ago así como qué recursos se necesitan para darle una ocupación constructiva a estas personas que hoy en día están atareadas en una tarea en buena parte o casi totalmente destructiva. Hay un dilema muy grande en esto, como les digo, les confieso la disposición como de escuchar, me da un temor terrible el estar dando bandazos fuertes, debo reconocer que los he dado posiblemente, escribí todo un artículo sobre las condiciones del perdón cuya conclusión final es uno no debe perdonar a quien no pide perdón. Si se adelanta a perdonar a quien no ha pedido perdón, está dando papaya y media, está mandando una señal pedagógica absolutamente contraproducente. Y luego, pocos días después decía no qué carajo, yo con tal de que nos respetáramos la vida todos, perdono lo imperdonable. Ahí hay un tema que tiene que ver con nuestra tradición católica posiblemente y que hay que trabajar.

Hay un dilema muy fuerte sobre si considera uno a los actores armados como actores políticos o sea si uno trata de politizarlos o si uno los considera una especie de fenómeno objetivo que tiene una lógica interna, que en parte es una lógica pedagógica. Cómo es una lógica pedagógica, simplificada como yo lo veo, si un poco de cosas se han logrado obtener a punta de amenazas y jugando muy fuertemente sobre el amor a la familia, sobre el amor a la vida, el que eso le ha funcionado a alguien, más allá de su voluntad, de su libertad y de su raciocinio si eso le ha funcionado, hay el riesgo de que quiera que le funcione en otra escala, entonces lo que veo es un cambio de escala en los micropactos logrados con violencia. Durante décadas los empresarios, los hacendados sufrieron eso, ya venían algunos alcaldes de municipios pequeños sufriendo eso, una especie de micropacto bajo presión. Ahora, si te funcionó porqué vas a parar, si fue exitoso...hay un dilema fuerte de saber cuán libre es la guerrilla y cuán libre son las autodefensas frente a su propia historia y frente a los mecanismos que han disparado. Fernando González decía en la última entrevista que dio antes de morir que los seres humanos se dividían en dos clases, los que al tropezarse con una piedra maldicen la piedra y los que al tropezarse con la piedra se acuerdan que es una simple piedra y que no tienen ninguna razón de maldecirla. Dicho de otro modo, por lo menos a mí me ha costado un gran esfuerzo el reconocer actores humanos libres al otro lado. Les confieso que durante muchos años he visto eso como la piedra a la cual no vale la pena ni siquiera maldecir o denunciar, o es una lógica eso camina, eso crece. He estado aprendiendo a expresar indignación. Qué significa indignación, que tu actuaste libremente, uno no se indigna por un reflejo de alguien, uno se indigna porque alguien pudiendo hacer o no hacer algo, lo hace, por eso considero muy importante una de las funciones de la resistencia civil que es expresar indignación juntos. Imposible en que no haya consenso en que secuestrarle a alguien la hija para forzar una decisión no es una infamia, imposible que no seamos capaces de ir comprendiendo que una causa supuestamente noble no puede justificar el uso de métodos tan infames como ese. Es tratar de encontrar el lugar más sensible del ser humano y presionarlo sobre ese lugar para obtener unos resultados. Qué puede hacer? Obviamente la cosa más humana y más elemental es decir yo no lo haría, o como me ha tocado decir oiga si yo llegara a hacer eso sentiría una culpa así de grande, o como compatriota porque todos tenemos patria en común como dice la esposa del Gobernador de Antioquia, como compatriota me da vergüenza que existan compatriotas que actúen de esa manera. Aterrizando eso en propuestas creo que un movimiento como el de Redepaz y en conjunto el de los alcaldes del país podemos ir decidiéndonos si hacemos un último esfuerzo de ver al otro lado a un actor político, en ese sentido llamarlo a cuentas y decirle su proyecto tiene elementos en común igual al nuestro, estoy seguro, aquí ya varios han mencionado justicia social, si tenemos fuerza de voluntad, qué es fuerza de voluntad? Es capacidad de aplazar, de no desesperarse, de caminar despacio hasta lograr el resultado. Si tenemos fuerza de voluntad y claridad en que justicia social es uno de los núcleos básicos de nuestra visión de futuro de país, pues caminemos todos juntos. Si la iglesia se expresa sinceramente a favor de la justicia social, si la mayor parte de los políticos se expresa como uno los escucha, a favor de la justicia social, si ya tenemos como se mencionaba en Medellín y yo podría dar cifras también de Bogotá, logros contundentes en justicia social, entonces qué nos separa. Parecería que nos separa fundamentalmente el tema de los métodos. Entonces hay de nuevo los dos caminos, yo creo más, estoy más cerca de la tradición indígena por los antropólogos, los sociólogos que enseñan que un tabú es una cosa muy complicada, que uno no cambia un tabú por plata, al revés, la plata corroe el tabú, pero eso es apenas una intuición, es decir yo me temo que el camino de comprar el conflicto abra el boquete más grande aunque trabajo con personas que exploran esa posibilidad, yo considero muy respetable la tradición de no violencia básicamente porque su declaratoria unilateral de que yo no haré cosas, no importa si usted emplea ciertos métodos yo no los emplearé, eso nos da mucha autoridad moral, eso permite andar con el corazón destapado. Mi propuesta es profundizar en la tradición de no violencia, profundizar en la autoridad que da la no violencia y profundizar también en esa posibilidad de considerar al otro como un sujeto libre, la indignación tiene eso.

Ahora, sobre todo el tema de comunicación yo creo que hoy en dia con los medios que existen, con las páginas internet es completamente extraño hablar de un posible diálogo, estamos en diálogo permanente gústenos o no, echándonos vainas o no, respondiendo a las acciones con otras acciones, los mensajes con los mensajes y esa forma de comunicación me gusta porque es pública.

De los diálogos locales me temo que en no todos los casos, afortunadamente no en todos los casos, pero en muchos casos los diálogos locales son demasiado desiguales y generan micropactos organizados con amenaza. Entonces a mí cualquier micropacto donde alguien me ponga un arma sobre la mesa para decirme esto es una relación asimétrica porque yo tengo esta posibilidad de destruir, me parece que se desbarata. La otra recomendación posible es si nos gusta, si nos parece la idea, es así como decir ciertos métodos no los uso trato de mantener una lógica de construcción a pesar de que la lógica del otro sea de destrucción, todo eso para evitar el contagio, para evitar la tentación de me dieron aquí duro entonces respondo con ojo por ojo, diente por diente, entonces mi propuesta es tratar de neutralizar al máximo la lógica de la venganza, defender al máximo la lógica del estado de derecho, el derecho a tener una fuerza pública profesional que actúe dentro de los límites de la ley para combatir los fenómenos de delincuencia y estos otros.

Todas están son propuestas que están ahí, yo no tengo ni idea de a qué velocidad se pueden calar ni con cuales otras se pueden conjugar o con cuales otras se pueden separar, lo que tengo claro es que en Bogotá les cuento rápidamente para terminar la historia de los homicidios y de las muertes en accidentes de tránsito en Bogotá, si uno mira los resultados de Bogotá en muchas cosas son bonitos, pero el más atractivo de todos es que tuvimos en el noventa y tres 4.500 muertes en cifras redondas y el año pasado tuvimos 2000 y todos los años hemos ido bajando ese número. Accidentes de tránsito el pico se presentó en el 95, fueron mil trescientas cuarenta y pico y el año pasado fueron menos de 750. El amor a la vida se ilustra en resultados, o sea, se van obteniendo resultados, el país ha tenido años en que la cifra ha estado en los años 60 y 70 entre 4.500 y 6.000, y se nos disparó desde hace 15 años y está por encima de 25 y 26 mil, este año probablemente 28 mil. Por qué menciono eso, porque en el camino una de las discusiones fue la siguiente y tiene que ver con el tema de si es piedra o si es ser humano el que hay al otro lado. En alguna de las discusiones me dijeron tranquilo que de esos 4.500 más o menos entre 1000 y 1500 son ajuste de cuentas entre delincuentes, esas también son vidas, entonces digamos de nuevo unilateralmente invito a los alcaldes a que nos preocupemos por las vidas también de los que nos están atacando, no en el sentido de neutralizar al ejército, etc, lo que es encuentro en combate es en combate, pero en pureza de los mecanismos que utiliza el Estado. Yo creo que la resistencia civil, la expresión pública de indignación, la respuesta de construcción frente a la destrucción ayuda mucho a neutralizar las tentaciones de organizarse unos pocos, armarse y meterse en la aventura de la autodefensa, de la cosa paramilitar, esa cosa me parece bien complicada y bien poco deseable. A los empresarios del país les he dicho miren, no vayan a ser tan brutos de coger por ese atajo, gástense 5 o 10 veces más dinero, aunque sea básicamente en ejercito o en policía pero dentro las vías legales. Todo el tema de progreso social protege es muy discutible en algunos sitios uno siente respeto por el trabajo en justicia social, pero cuando uno ve dinamita en Chingaza uno dice esto no es posible, durante décadas uno creía que la tradición Marxista llevaba a respetar sobre todos los bienes colectivos y los bienes colectivos indispensables para la vida colectiva, digamos para mí fue muy difícil de comprender el tema de inconsistencia de la guerrilla. Todos los aquí presentes sabemos que la guerrilla en los ochenta y pico, las Farc en particular ayudaron a crear la elección popular de alcaldes, yo no hubiera sido alcalde de Bogotá, ni de fundas, si no hubiera habido ese proceso, profundizado ese luego por la constitución, no tenía ninguna afinidad, ningún deseo, ninguna posibilidad de acercarme a un partido tradicional en mi vida, por mi biografía, mi actitud. Yo le debo a ese proceso muchísimo de mi propia vida, pero no entiendo que ahora esta gente de lo mucho que aporto a la construcción del país lo este desbaratando, no lo entiendo, de nuevo si los considerara pura piedra insensible incapaz de razonar no diría esto, no le haría reproches de inconsistencia, diría en el puro aparataje de una lógica económica de micro pactos una especia de ejercito de fuerza militar que no tiene ya ningún norte político que es depredadora.

 

 

 

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