REDEPAZ - Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y Contra la Guerra
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Cumbre de las Autoridades Locales por la Democracia, la Vida, el Diálogo y la Paz
BOGOTÁ D.C., AGOSTO 2 DEL 2002


FEDERACIÓN NACIONAL DE CONCEJOS
Antonio Galán Sarmiento

Después del mandato ciudadano por la paz que fue respaldado por más de 10.000.000 de compatriotas en 1997, se logro una importante movilización ciudadana, que venció la inercia hacia la paz. Y ese esfuerzo adelantado por iniciativas ciudadanas de paz, empezó a generar una expectativa en la opinión pública, que bastó una foto para elegir un presidente y el Gobierno asumió el mandato, y lo asumió en forma monopólica, marginando a los compatriotas y nosotros nos dejamos marginar.

Hoy sufrimos las consecuencias de esas decisiones. De esa negociación que se convirtió en negociación de dos minorías: por una parte la minoría de las Farc y por otra parte la minoría del Gobierno; porque el Gobierno se fue convirtiendo paulatinamente en minoría. Cuando llego el proceso de paz a su crisis ya estaban solos. El pueblo ya estaba pidiendo la guerra y hoy esta vencida la inercia de la guerra y la única posibilidad para detener la guerra es una nueva movilización sistemática, planificada.

Si la violencia se enseñorea soberana en un pueblo, tan sólo el soberano lo puede detener y el soberano es el pueblo; y si a la guerra se le meten tropas a la paz se le tiene que meter pueblo. Por eso consideramos desde la Federación Nacional de Concejos que no podemos seguir delegando hacia arriba; delegamos hacia arriba la consecución de la paz y consideraron las posiciones personales como las posiciones del pueblo de Colombia.

Fenacom, considera que al proceso de paz se le tiene que meter pueblo, mucho pueblo, ojala todo el pueblo. Y que la única posibilidad de canalizar la participación ciudadana la encontramos desde los Consejos Municipales, como quiera que al interior de los consejos se encuentran los líderes más votados en cada municipio.

Pero el pueblo no puede estar de convidado de piedra, no podemos convocar simplemente una resistencia civil, señor Alcalde Mayor de Bogotá, tenemos que dar pasos adelante, por que la resistencia civil por la resistencia civil no es suficiente. Tenemos que vencer la resistencia de quienes están atacándonos, ofreciendo quizás perdón. Reconociendo responsabilidades y culpas en la insolidaridad, de pronto, para la construcción de una salida colectiva que nos beneficie a todos.

El pueblo no acepta la guerra, no quiere más muertos, no quiere más violencia y no quiere más destrucción, y tenemos que preguntarle a las Farc, en nombre de que pueblo están destruyendo pueblos.

Hemos propuesto detener la inercia de la guerra con la convocatoria en todos los municipios de cabildos abiertos y permanentes abiertos y permanentes por la paz. El cabildo abierto es una figura constitucional, reglada , normada, y estamos tratando de reconstruir una institucionalidad que desde todos los rincones se hace un esfuerzo grande para deslegitimar; incluso dentro del mismo establecimiento.

Hay instituciones incomodas en la Constitución del 91, que sectores de la sociedad no aceptan y quieren acabar y destruir. Desde los consejos queremos canalizar esa participación ciudadana, a través de una figura que le dio fundación a la republica Colombiana; que fue el Cabildo Abierto y desde los cabildos abiertos adelantar la agenda que nunca se adelanto. La agenda que se acordó en la Machaca, que después se hablo en los Pozos, pero que nunca se discutió, que nunca se tramitó por que no hubo voluntad política para hacerlo.

Si se nos quiere imponer la guerra, el pueblo tiene que imponer la paz e imponer las reglas del juego en la paz. No podemos permitir que se nos este llevando al matadero y que nosotros nos quedemos quietos, como espectadores. El país no aguanta un año más de guerra, el país no tiene recursos económicos para sostener una guerra prolongada, no es el momento de la guerra, es urgente allanar el camino para construir una solución política al conflicto colombiano.

Por eso creemos en los cabildos y por eso perseveraremos en la convocatoria de los cabildo. La verdad es que no importa como se bautice a la criatura: se puede llamar Asamblea Constituyente Municipal, o Cabildo Abierto, con el rigor de la ley lo estamos llamando Cabildo Abierto pero el propósito es exactamente el mismo.

Analicemos las propuestas políticas, económicas y sociales que nos puede desempantanar en esta época oscura de la vida de Colombia y construir el escenario de paz que no se ha construido y que no se ha querido construir. Los actores armados se aferran a sus propuestas y el Establecimiento, el Gobierno Nacional se aferra a las suya y el pueblo mientras tanto se ahoga en un baño de sangre.

Para detener la inercia de la guerra, debemos construir una nueva salida política al conflicto, debemos nuevamente vencer la inercia de la paz. Creo que desde que se levanto la zona de despeje, ya podemos estar llegando a los 5 mil muertos de que se hablaban. No esperemos a los 5 mil muertos, arranquemos a construir una salida política al conflicto, no hagamos acciones aisladas, unámonos en las acciones para buscar esa salida política al conflicto, e impongamos la salida política al conflicto colombiano.

Debemos lograr un acuerdo humanitario pero no para reciclar la guerra, por que lograr el acuerdo humanitario para reciclar la guerra, es volver a pensar en poco tiempo en otro acuerdo humanitario. Debemos complementar nuestros esfuerzos debemos buscar la reconciliación nacional, no podemos dejar solos a las municipios que se han movilizado en resistencia civil. Debemos acompañarlos porque de lo contrario a esos municipios también les caerán los actores armados, con fuerza como lo hicieron en Toribio en el Cauca.

Creemos una masa crítica de pueblo para imponer la paz, una masa crítica capaz de impedir que al vencerse la inercia de la paz, se pueda volver a dilapidar ese esfuerzo. Busquemos que con esa masa crítica venzamos el punto del no retorno y alcancemos la paz.

Los cabildos abiertos procuraremos que sean permanente hasta alcanzar la paz, no podemos dejar las banderas arriadas a mitad de camino. Creemos en los acuerdos humanitarios porque en este momento hay una presión importante para el mismo. Pero debemos tomar cuidado para que no sea para reciclar la guerra nuevamente.

Debe cesar la intimidación a la población desarmada, la fortaleza bélica no se reivindica cuando se asesina un indefenso. Los fusiles de los guerrilleros y de los paramilitares se volverán contra los comandantes que ordenen asesinar a un indefenso, por que la conciencia no les va ha permitir vivir tranquilamente. Creemos en la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente al final del camino y que el proceso de acuerdo humanitario sea el comienzo de una recta final hacia la paz.

 

 

 

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