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Cumbre de las Autoridades Locales por la Democracia, la Vida, el Diálogo y la Paz
BOGOTÁ D.C., AGOSTO 2 DEL 2002


EL CAUCA INDÍGENA TRABAJA Y APOYA LOS DIÁLOGOS REGIONALES

En 1985, los pueblos indígenas del Cauca, organizados en el CRIC, emitimos la Resolución de Vitoncó, considerado por la Corte Constitucional como ejemplo del ejercicio de autonomía territorial de los sectores sociales en Colombia. Este documento recalca y plantea la necesidad de hacer valer por todos los medios, que estén al alcance de los Resguardos, el DERECHO A LA AUTONOMÍA, es decir, al derecho que tienen nuestros Cabildos y comunidades de controlar, vigilar y organizar nuestra vida social y política al interior de los Resguardos, así como a rechazar las políticas impuestas venidas de afuera, haciendo extensivo este requerimiento, no sólo a personas y entidades gubernamentales, privadas y semiprivadas, que venían decidiendo aspectos económicos, sociales, culturales, políticos y religiosos en zonas de Resguardo, sino a todos los grupos armados que hacían presencia en los territorios indígenas.

En esa época los gobernadores de cabildo hicieron pública nuestra exigencia de respeto a las recuperaciones de tierra y a la no utilización de las contradicciones que surgen de la lucha para penetrar en los Resguardos y ahondar divisiones; aclarando que era al cabildo al que le concernía dirimir los conflictos internos de la lucha por la tierra. Se recuerda igualmente que son los cabildos quienes por ley están facultados para aplicar justicia a sus comuneros de acuerdo a las costumbres que tenga la comunidad.

Planteó la resolución, la responsabilidad del Gobierno sobre la situación de miseria y abandono en que se encontraban nuestros Resguardos, exigiendo del resguardo los recursos necesarios para adelantar programas en las comunidades indígenas bajo el requisito que los recursos se pusieran a disposición de las comunidades, y sobre ellos los cabildos pudieran ejercer una fiscalía, igual que sobre los proyectos que adelantaban las instituciones para que fueran consultados, aprobados, vigilados y controlados directamente por las comunidades.

Han transcurrido más de 15 años y esos planteamientos recobran su vigencia, son como un eco de la memoria que se repite para exteriorizarlos de nuevo frente al incremento de la guerra en territorio colombiano pues hoy Colombia entera sufre las inclemencias de las hostilidades; pues con rompimiento de los diálogos Gobierno-Farc y la supresión de la zona de distensión en el Caguán, no sólo se agudizó el conflicto sino que traslado los escenarios de la confrontación al sur occidente y en consecuencia su apreciamiento en el Cauca, en donde aparece primero la amenaza la Alcalde del municipio de El Patía por parte de las AUC, luego las Farc amenazan al Alcalde de Piamonte, a quien exigen su renuncia y meses más tarde la renuncia de los funcionarios. Luego vino el secuestro del Alcalde del municipio de San Sebastián con quien enviaron el comunicado en el cual exigen las renuncias generalizadas para todo el territorio nacional.

Sin lugar a dudas estas amenazas buscan romper los procesos populares de empoderamiento social, con lo cual ganan tanto el Ejecutivo Nacional como los movimientos en armas, pues por un lado se agiliza la pretensión presidencial de centralizar definitivamente todas las decisiones y manejar a su antojo el prosupuesto del país, y por otro se crea una condición de crisis e inestabilidad administrativa con la cual las Farc buscan ablandar al gobierno, al parecer con el fin de obligar el reinicio de los diálogos.

Es claro para nosotros que en el Cauca existe un acumulado de organización social, (sindica, barrial, comunal, indígena, campesina, popular, estudiantil, negritudes, mujeres, discapacitados, viviendistas, etc.), que con nuestro proceso de gobernabilidad alternativa, hacen del departamento una esperanza para Colombia, por los Concejos Sociales de Gobierno, las mingas de gobernabilidad, la búsqueda de una solución concertada a los conflictos presentados como el paro agrario, la movilización de destechados, la actitud frente al conflicto panelero, la situación de la población desplazada y últimamente frente al caso de los cabildos indígenas de Caldoso en defensa de sus derechos ancestrales, donde logró mediar de forma acertada mediante el uso del diálogo cuya gestión permitió un acuerdo con las comunidades indígenas para normalizar el transito sin necesidad de acudir al uso de la fuerza.

Por eso, ante la actual situación de inestabilidad en la institucionalidad local, hemos visto como positiva la actuación del Gobierno Departamental al realizar reuniones permanentes con sus secretarios de despacho, el Defensor del Pueblo, Procurador Nacional, organizaciones sociales, gremios económicos, alcaldes, diputados y concejales amenazados buscando construir una posición política y dar una respuesta conjunta que atienda tanto el contexto regional como nacional.

De igual forma, es notorio el esfuerzo del Gobierno del Taita por comprometer al Gobierno Central, para que agilice una solución política al conflicto, esfuerzo que no ha recibido una respuesta consecuente con las aspiraciones de nuestras gente pues el Ministerio del Interior, a nombre del Gobierno Nacional, sólo ofrece aumento de pie de fuerza, escoltas para los amenazados, chalecos, no aceptación de las renuncias bajo la amenaza al funcionario público que no cumpla con sus funciones la aplicación de sanciones disciplinarias y penales.

Por otra parte, la gente de nuestro país y del exterior conoce que nuestros territorios están siendo afectados por el detrimento del orden público y por las continuas amenazas sobre líderes y comunidades, violación de los derechos humanos, desplazamientos masivos, situación toda que pone en riesgo inminente de desaparición forzada a nuestros pueblos; circunstancia que obligó de nuestras comunidades y autoridades tradicionales recordarle al nuevo mandatario de la República que aunque históricamente el Cauca ha sido un departamento conflictivo y ha existido presencia de grupos armados, el aumento de la violencia actual tiene las siguientes causas: Primero, por la política económica nacional y la presión del narcotráfico de convertir nuestra agricultura en centro de producción de ilícitos, Segundo, por la llegada de los paramilitares en defensa de la inversión multinacional bajo el pretexto de controlar la vía Panamericana y combatir la delincuencia y la subversión; Tercero, por la obstinación politiquera de mantener los grupos de poder con base en la corrupción y el clientelismo; Cuatro, por la declaratoria de guerra del gobierno a las Farc, y Quinto, por la respuesta de este grupo guerrillero, al parecer con el propósito de acrecentar la crisis de gobernabilidad nacional.

Le decimos también que nuestros pueblos y organización CRIC, desde siempre hemos manifestado que la resolución de los conflictos debe hacerse ha través del diálogo y la concertación, sin embargo desde el inicio de las conversaciones Gobierno-Farc, manifestamos nuestro descontento por el carácter bilateral de las mismas, exigiendo participación real de la sociedad civil en ese proceso. Manifestamos igualmente, frente a las continuas declaraciones de paz emitidas a la opinión pública por el Gobierno Nacional, que pareciera la confrontación un asunto de control territorial sólo entre grupos armados, sin que se analice la coincidencia de la presencia de intereses de los megaproyectos con el paramilitarismos, la guerrilla y las políticas gubernamentales.

Le recordamos que los pueblos indígenas del Cauca lamentamos en su momento el rompimiento del proceso de diálogo Gobierno-Farc, por haber sido hecho en contra de las aspiraciones de la sociedad civil colombiana, persistiendo en la necesidad de evitar la intensificación de la confrontación armada e invitando a retomar las razones de paz expuestas por quienes somos las verdaderas víctimas de la guerra.

Le decimos que la crisis se ha intensificado y que tanto Gobierno como actores armados expresan partes de victoria cada vez que hay enfrentamientos, sin mostrar que las pérdidas humanas y materiales las sufre la sociedad civil, objetivo final de la guerra. Que observamos, por un lado, la intransigencia del Gobierno Nacional para aceptar las iniciativas locales e insistir en la férrea permanencia de la institucionalidad del Estado, viola el Derecho Internacional Humanitario, coloca en riesgo la cohesión cultural indígena, crea condiciones de descontrol y zozobra y desconoce los procesos autónomos, construidos con dificultad por los sectores sociales en especial por las comunidades indígenas y otros grupos rurales alejados de los centros de poder económico y político.

Le hacemos saber que nuestra gente no se explica el direccionamiento dado a la política de paz, basada en el descrédito de la guerrilla a nivel nacional e internacional, mientras masacres de clara responsabilidad de los paramilitares continúan en la impunidad y en los discursos institucionales los únicos causantes de la crisis del país resultan siendo los grupos revolucionarios, atenuando así la barbarie de las AUC y eludiendo causas como la corrupción y el clientelismo.

Mencionamos que aunque no es claro el rumbo del conflicto si es notorio para nosotros que, por voluntad de las partes, tiende a degradarse en detrimento de los DDHH, el DIH y el incremento de la impunidad, situación que exige de la población civil mayor compromiso y participación, ante lo cual nos permitimos reiterarle nuestra propuesta de afianzar y reconocer por parte del Gobierno Central al territorio de la María como espacio de concertación Sociedad-Estado-gremios-actores armados. Para ello, insistimos en el requerimiento surgido desde diversos sectores del Cauca de dar vía libre a los diálogos regionales, por ahora con énfasis en su carácter humanitario, solicitando la intervención internacional para su acompañamiento permanente.

Por lo anterior queremos reafirmar en este evento:

  • La firme decisión de conservar y fortalecer nuestra autonomía territorial
  • Nuestra disposición a continuar aportando en la construcción de un nuevo país.
  • Nuestro rechazo al modelo neoliberal de desarrollo implementado por el Gobierno del Presidente Pastrana y las amenazas del nuevo Gobierno de limitar la acción de los entes de control como Corte Constitucional y la Defensoría del Pueblo.
  • La voluntad de continuar trabajando por el fortalecimiento de la autonomía de los pueblos indígenas y los lazos de unidad y solidaridad con otros sectores sociales.
  • Nuestra exigencia, tanto al Gobierno Nacional como al la subversión de un cese al fuego y de las hostilidades sobre la sociedad civil.
  • Nuestra inflexible decisión de apostarle a una verdadera política de paz, reiterando la iniciativa de los sectores sociales del Cauca de darle vigencia a los diálogos regionales.
  • Nuestras exigencias a los diferentes actores de poder, tanto armado y político como económico, de respetar nuestra decisión de no participar del conflicto armado.
  • Nuestro impulso, apoyo y consolidación a los procesos de control interno, principalmente los relacionados con la Indígena y el ejercicio de la justicia propia.

Finalmente manifestamos, como autoridades indígenas autónomas, que continuaremos nuestra campaña nacional e internacional en defensa de la vida y por la autonomía de los pueblos indígenas, así como nuestro compromiso de continuar siendo fiscalizadores del cumplimiento y defensa de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, puesto que la guerra no puede ser excusa para que se violen estos derechos y siga reinando la impunidad en Colombia.

De conformidad con lo expuesto, como pueblos indígenas del Cauca, sintiéndonos parte del proceso de construcción de la democracia, reiteremos nuestra voz de aliento a las comunidades ubicadas en la zonas de mayor riesgo, haciéndoles saber que todo acción en unidad será por el momento la única garantía de supervivencia y defensa territorial, por lo cual exigimos del nuevo Gobierno Nacional, detener el lenguaje de odio y confrontación que usó en su campaña y como mandatario brinde verdaderas garantías a los derechos fundamentales, en especial al respeto a la vida y la participación ciudadana, atendiendo con urgencia las necesidades sociales y evitando que sus Fuerzas Armadas actúen en nuestros territorios como ejércitos de ocupación.

Igualmente invitamos a la opinión pública local, nacional e internacional y en especial a los presentes en este importante evento a permanecer atentos del desarrollo social y de los procesos de gobernabilidad en sur occidente colombiano, evitar que los medios de información continúen tergiversando la realidad y los políticos tradicionales comprando almas para garantizar su hegemonía a través de sus prácticas corruptas y clientelistas, comprometiéndonos a busca alternativas que eviten las confrontaciones y fortalezcan el desarrollo social de conformidad con las propuestas y aspiraciones de la misma gente.

 

 

 

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