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Cumbre de las Autoridades Locales por la Democracia, la Vida, el Diálogo y la Paz
BOGOTÁ D.C., AGOSTO 2 DEL 2002


GOBERNACIÓN DE BOLÍVAR

BOLÍVAR, ZONA NUETRAL Y TERRITORIO DE CONVIVENCIA Y PAZ

Luis Daniel Vargas Sánchez
Consenso Social para la Convivencia

Establecer una definición sobre la convivencia en el actual contexto que atraviesa la sociedad Bolivarense (y Colombia), constituyen un reto en la perspectiva de alcanzar un consenso sobre las acciones que posibiliten establecer su caracterización y afianzar su valoración; a más de convertirse en normas y pautas de conducta Cultural que deriven hacia la construcción de una democracia consensual, en donde sólo la existencia de actores sociales organizados y con clara conciencia de sus intereses y demandas sea capaz de reconocer sus conflictos y darle un tratamiento por la sociedad fructífero, sin necesidad de recurrir a la violencia. Lo anterior implica que la búsqueda de la CONVIVENCIA, se soporta ineludiblemente por la construcción y consolidación del Estado como espacio público de resolución de conflictos. Esto hace imperativo el fortalecimiento del sistema de Justicia (factor que permita superar la solución privada y violenta de los Conflictos); la consolidación del monopolio legítimo de la fuerza, la creación de un Sistema Político que privilegie el reconocimiento de lo Público-asociado a la construcción de una administración pública eficaz e impersonal (que limite los niveles de corrupción) y en últimas igualdad y oportunidad a los miembros de la sociedad para una transformación equitativa de sus estructuras sociales.

El actual Gobierno Departamental (no obstante sus limitaciones y restricciones institucionales y la coyuntura del conflicto armado) viene avanzando en la validación de los derechos fundamentales como eje constitutivo del Orden Social y Político, en otras palabras el derecho a la vida, la libertad y la dignidad, son el trípode sobre el cual se soporta la base ética y política de toda convivencia.

En el territorio bolivarense convertido hoy en teatro de operaciones de los actores armados que hacen presencia en él, durante el año 1999, hubo un total de 264 violaciones al DIH, de los cuales 142 (53.7%), fueron ejecuciones extrajudiciales y se reportan 172 homicidios con interés premeditado, así mismo un total de 14 comunidades informan amenazas contra su integridad física, igualmente en el año 2000 en el primer trimestre, se reportan 163 violaciones al DIH, específicamente homicidios con interés premeditado y 83 ejecuciones extrajudiciales. (Recordemos la masacre de El Salado, Carmen de Bolívar).

De otra parte el derecho a la vida es ilusorio, frustrante e incompleto, si no hay condiciones sociales y económicas que garanticen efectivamente su realización. Este referente nos remite a la provisión de bienes y servicios a los bolivarenses necesarias para su bienestar y calidad de vida. La realidad nos refleja una población cuya vulnerabilidad y precariedad se refleja en que para el año 1999 el 57% de la población está por debajo de la línea de pobreza (El promedio nacional se estima para ese año en 53.8%). Esto demuestra como la gran mayoría de los bolivarenses no obtienen los ingresos mínimos para la satisfacción de sus necesidades primarias, situación que se agrava para los bolivarenses ante el incremento en la reducción del Gasto Público Social (Educación, salud y vivienda), desde hace cuatro años: como resultado del programa de ajuste de las finanzas gubernamentales (en los tres niveles nacional, departamental y municipal) del actual gobierno, dentro del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

El derecho a la libertad por parte de los bolivarenses, es cada día más precario ante la pérdida de soberanía del Estado y la presencia de actores armados, que imponen reglas de juego, por fuera del marco constitucional. De hecho, esto se observa en el 75% del territorio departamental está bajo presión de los actores armados, adicionalmente el nivel de coerción que estos actores practican en el ejercicio de la política a los ciudadanos bolivarenses, es otra variable que constata la debilidad de nuestro sistema democrático. Variable que constata la debilidad de nuestros sistema democrático. Variable esta que sumada a los vicios tradicionales en el ejercicio de la política (clientelismo, caciquismo y prácticas corruptas), evidencian la ausencia de una Ética Ciudadana y Pública en el manejo de los bienes públicos y de la relación Estado-Sociedad Civil.

Es pertinente comentar como una reciente encuesta realizada con personas resistentes en Cartagena y Marialabaja, sobre el concepto de Convivencia, nos muestra cual es el significado, con que la asocian y como se concretiza. Es llamativo observar como se coincide en identificarla como "que todos estén bien; Así mismo es relacionada con palabras como Tolerancia, Concertar, Compartir, Respeto, Derecho a la tranquilidad, etc. Como factores que dificultan la convivencia, se señalan a la Violencia, la Desigualdad, las NBI, la falta de Solidaridad y Compañerismo, la Intolerancia, la Corrupción, el Desinterés etc. De otra parte al plantear soluciones o alternativas de respuesta, estas pasan por la Educación, la Salud, Ciencia y Tecnología, acceso a la Vivienda, subsidios para la población pobre y vulnerable y promoción del deporte, la recreación y la cultura.

En Bolívar se viven hoy los dos fenómenos del desplazamiento forzado, Cartagena de Indias y Magangue son las dos ciudades mayores receptoras de desplazados del país y las regiones de los Montes de María y de Sur de Bolívar son regiones con mayores índices de expulsión por causa del conflicto (Subversión, paramilitarismo, Narcotráfico, Cartel de la Gasolina y delincuencia común).

La población civil está hoy entre un circulo vicioso, las ataque y amenazas de la subversión, y la incapacidad del estado de garantizar la vida e integridad personal y los bienes de las comunidades, no hacen vislumbrar una disminución de los índices de degradación social.

Los bolivarenses somos hoy más vulnerables que nunca. En este círculo las partes han perdido la comunicación y la confianza. Frente a este panorama es imperioso crear las "condiciones" 8no zonas) que restablezcan los canales de comunicación entre los agentes en conflicto y a su vez generar lazos mínimos de confianza que permitan diseñar instrumentos que humanicen la guerra y disminuyan la intensidad del conflicto.

Para agravar la situación, las continuas amenazas a la mayoría de los alcaldes municipales y el Gobernador de Bolívar por parte de la subversión, hacen más profunda la crisis de gobernabilidad en las diferentes regiones del departamento, a pesar de la decisión que hemos tomado de no renunciar.

El impacto de esta situación se acrecienta dada la importancia que posee la ciudad de Cartagena dentro del contexto de imagen internacional y como centro de proyección económica, turística y cultural de Colombia ante el mundo. El aumento desmesurado de marginalidad y de los cordones de miseria crean un caldo de cultivo para la presencia más activa de grupos al margen de la ley.

A su vez, el Departamento de Bolívar como principal productor de oro del país y su estratégica posición geográfica que comunica al corazón del Magdalena Medio, principal fuente de abastecimiento de petróleo, importante corredor fluvial, zona neurálgica dentro del contexto geográfico nacional y con el mayor número de población y municipios a la rivera del Río magdalena antes de su desembocadura, viene con un desmesurado agravamiento del conflicto.

Todas estas circunstancias nos llevan a proponer soluciones de fondo y plenamente variables, que permitan abrir nuevamente el acercamiento entre las partes en conflicto y ayuden a disminuir la intensidad de la violencia.

Nuestra propuesta es clara, incentivar a las partes en conflicto en declarar al Departamento de Bolívar como Zona Neutral y Territorio de Convivencia y Paz con el fin de que sirvan para el cumplimiento de acuerdos humanitarios, en el marco del Derecho Internacional Humanitario, que contempla las Convenciones de Ginebra y el Protocolo II.

La Zona Neutral y Territorio de Convivencia y Paz brinda alternativas tanto humanitarias como sociales para la población civil. De aquí que los principales puntos de la propuesta son:

  • Excluir a la población civil y a sus bienes públicos de los ataque y amenazas de los grupos al margen de la ley.
  • Disminuir la intensidad del conflicto armado en todas las zonas del departamento.
  • Celebrar acuerdos humanitarios especiales como el canje de prisioneros condenados por delitos políticos, por secuestrados civiles y miembros de la fuerza pública.
  • Abrir el espacio de participación activa de la comunidad y organizaciones internacionales.

Las primeras estrategias a seguir:

1. Solicitarle al gobierno saliente y entrante, garantía de crearle una agenda de continuidad y un espacio a la propuesta.
2. De parte de los actores ilegales del conflicto armado su compromiso de participar en la propuesta.
3. Buscar el apoyo decisivo de la comunidad internacional en la implementación de la propuesta.
4. Buscar la integración de sector público, sector privado y sociedad civil en el desarrollo operativo de la propuesta.

"La neutralidad no se refiere a que seamos indiferentes frente al conflicto, la violencia y el narcotráfico; la neutralidad consiste en preservar a la población civil de la barbarie".

La construcción de un modelo de convivencia en el territorio departamental, es una obligación inherente a la razón de cualquier gobierno, (y de la Sociedad que lo conforma) sin embargo, no es tarea fácil dada la situación reseñada. El actual Gobierno Departamental en su Plan de Desarrollo "Consenso Social por la Convivencia" considera inaplazable empezar a estructurar el andamiaje político y operativo que posibilite mostrar resultados en el corto plazo y afianzar la convivencia, (tolerancia, y respeto por el trípode de derechos constitucionales de ser humano), en el mediano plazo, como una cultura democrática, entendida esta como: La posibilidad de que a través de un procedimiento de argumentación, el ciudadano pueda discutir la problemática social, desde un espacio consensual reconocido legítimamente se constituye el soporte que permite relacionar y articular justicia, democracia y ética, dimensiones separadas, (ausentes?) en el actual contexto de la sociedad bolivarense.

 

 

 

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