LA
RESISTENCIA CIVIL CONTRA LA GUERRA....UN CAMINO A SEGUIR....
Luis
Emil Sanabria Duran
La
actitud valerosa y solidaria de resistencia civil asumida
en los últimos años por los habitantes de diversas
regiones del país, que parece para algunos (los de
siempre que han desconocido la historia de la nación),
una expresión novedosa de la sociedad y el pueblo contra
"los violentos", es en realidad una expresión
de cultura de paz y de renovación de una tradición
social y política de la mayoría de los Colombianos
y Colombianas.
Sin
ahondar mucho en la historia, el pueblo colombiano ha resistido
a la violencia institucional y estructural en todas sus formas
y a las diversas estrategias y tácticas de violencias
guerrilleras y Paramilitares, sin recurrir a métodos
violentos generalizados que en el mejor de los casos desembocaría
en un levantamiento civil, no de otro modo se puede explicar
el hecho de que aún se mantengan enquistados en el
establecimiento las tradicionales castas políticas
que han llevado al País a la hecatombe que hoy vivimos,
y que persistan, desde la insurgencia guerrillera los planteamientos
de guerra popular prolongada, guerra de guerrillas, o toma
del poder por la vía armada sin avances palpables desde
su perspectiva para el logro del derrocamiento del Estado
y la implantación de un nuevo modelo.
Hemos
resistido al hambre, al desempleo, a la corrupción,
a la exclusión política, a la falta de educación
y salud; hemos resistido a décadas de Estado de Sitio
y estrategias guerreristas, a lo consejos verbales de guerra
y a los estatutos de seguridad; hemos resistido a las masacres
y las desapariciones, a las torturas y los asesinatos de líderes
sociales y políticos populares; hemos resistido al
Frente nacional y los poderes heredados; hemos resistido a
años y años sin reforma agraria y al entierro
del Estado social de derecho conquistado en la constitución
de 1991; hoy además tenemos que resistir a los embates
de la profundización y degradación de la guerra
y a las voces y acciones militaristas de derecha e izquierda
que violan el derecho a la vida y afectan a la sociedad civil;
resistimos a las masacres, los asesinatos extrajudiciales,
los secuestros, los atentados contra la infraestructura vial
y energética; resistimos a los ataques y destrucción
de los reservorios de agua potable y los acueductos entre
otras acciones violatorias de los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario.
Hoy
lo novedoso y acertado de la resistencia civil no violenta,
radica en el hecho que las comunidades se hayan convertido
o avancen por el camino de convertirse en sujetos políticos
y sociales que construyen y defienden su propio futuro. Comunidades
que han asumido con suficiente valentía su compromiso
de ser constructores de paz desde la autonomía y la
participación ciudadana, desde la soberanía
popular, la neutralidad activa, la autodeterminación
y la construcción colectiva de nuevos proyectos sociales
de vida, definiendo no solo mecanismos autóctonos para
transformar sus conflictos, si no apoyándose en estos
para generar desarrollo sostenible y justicia social. Han
pasado de los actos simbólicos y de confrontación
persuasiva a los actores armados a ser sujetos transformados
y transformadores de una dura realidad.
Ejemplos
de resistencia civil importantes se han desarrollado a lo
largo y ancho del País a finales de la década
de los noventa y a principios del tercer milenio, (sin contar
con ejemplos de décadas anteriores), de las cuales
me permito citar algunas, sin el ánimo de desconocer
el gran aporte que todas las iniciativas en general han hecho
a la construcción de la paz.
o
El 23 de Marzo de 1997, después de muchos años
de olvido y violencia donde constantemente fueron violados
los Derechos Humanos y se cometieron múltiples infracciones
al Derecho Internacional Humanitario, se decide por parta
de sus habitantes declarar a San José de Apartadó
(Antioquia) como comunidad de paz.
Autodefinida como "la población civil no combatiente
residente en el corregimiento que libremente se ha comprometido
con el proceso; la población civil que no participa
en las hostilidades y se compromete con los estatutos y reglamentos
de la comunidad; y las personas con permanencia transitoria
en la comunidad, que se han comprometido con los estatutos
y reglamentos y se encuentran cobijados por el estatuto de
protección a la población civil".
El 23 de Diciembre de 1997 la comunidad acoge los siguientes
compromisos: a) Participar en trabajos comunitarios; b) No
injusticia e impunidad de los hechos; c) No participar en
la guerra en forma directa o indirecta; d)No portar armas;
e)No manipular ni entregar información a ninguna de
las partes.
o
En Octubre de 1994 se emite la proclama de los gobernadores
indígenas de Urabá (Antioquia) por la paz: la
paz compromiso de todos; Las comunidades indígenas
de Urabá nos declaramos NEUTRALES frente al conflicto
armado. Esto quiere decir que no aceptamos el reclutamiento
en ninguna fuerza armada. Ni el ejército, ni la guerrilla,
ni los paramilitares encontraran información en nosotros.
La organización indígena de Antioquia-OIA-y
sus autoridades no patrocinarán la guerra. Seguiremos
reivindicando nuestros derechos, trabajando por el fortalecimiento
de nuestras organizaciones al margen del conflicto armado.
Estamos por una opción civil, democrática, pluralista
y participativa que nos permita vivir, reír, soñar
y amarnos. Queremos morirnos de viejos.
o
Asamblea Municipal Constituyente de Mogotes, Santander (pueblo
soberano) Primer Premio Nacional de Paz, en octubre de 1999.
El caso de Mogotes irrumpe como una exigencia de sus pobladores
por el derecho a la vida y a decidir sus destinos, siendo
un ejemplo de resistencia civil a la guerra y la violencia
por la vía de la participación democrática
y de autonomía frente a los actores armados, evolucionando
de la resistencia y exigencia civil a la participación
en el desarrollo local.
Continúa...
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